lunes, 14 de octubre de 2013

Democracia directa

POLÍTICA

Madrazo defiende la aplicación en Euskadi de los modelos de democracia directa y participación ciudadana que ha conocido sobre el terreno en Suiza y la región italiana de la Toscana
16.11.08 -

La democracia de Hans
Guignard, alcalde de Aarau, con Madrazo y Bilbao 'votan' en una urna del siglo XIX. /M. DÍAZ DE RADA Varios agentes de policía en una calle peatonal de Florencia. /MANUEL DÍAZ DE RADA
DV. Hans es uno de los 370.000 habitantes de Zurich, la principal ciudad de Suiza. El próximo día 30 tiene una cita con las urnas, como el resto de los 7.554.000 de habitantes del país. En su municipio, Hans tendrá derecho a votar sobre catorce cuestiones, cuatro de ellas comunes a toda la confederación. Éste suizo medio votará a favor de que los delitos de pornografía infantil no prescriban y de prolongar el tranvía hasta el zoológico, adonde lleva de vez en cuando a sus hijos.
Pensando en sus padres, que han trabajado toda la vida y tienen problemas de salud, respaldará que se flexibilice la edad de jubilación y la libre elección de medicamentos. El resto de las cuestiones planteadas, sin embargo, no le entusiasman o no tiene una opinión formada sobre ellas, así que se abstendrá. Ésta es la cuarta vez este año que se pide su parecer sobre diversos temas, pero nunca se cansa, y sólo conoce a una persona que admite pertenecer al 10% de suizos que no vota nunca.
Hans está orgulloso de ser suizo y el principal motivo, como para el 70% de sus compatriotas, es su sistema político. Se sorprende cuando conoce que en la Unión Europea, a la que Suiza no pertenece, se suspendieron los referendums sobre la Constitución Europea ante el riesgo de que no saliese aprobada tras el rechazo de Francia y Holanda. Hans no dejaría que Bruselas decidiera asuntos importantes por él.
Oposición ciudadana
A lo largo de su vida, nuestro suizo medio ha firmado varias iniciativas populares para enmendar la Constitución federal o proponer leyes, proyectos que requieren 100.000 firmas en menos de 18 meses para poder ser votados por los ciudadanos. Los suizos también pueden derogar leyes ratificadas por el Parlamento mediante referendums, que se celebran si quienes se oponen reúnen 50.000 firmas en cien días.
Además, las instituciones deben consultar a la ciudadanía cualquier reforma constitucional, y los cantones o estados están obligados a someter a votación popular las inversiones superiores a determinadas cantidades.
Zurich está gobernada por una coalición de conservadores, cristiano demócratas y social demócratas. Las alianzas de amplio espectro son muy comunes en el país helvético, donde la verdadera labor opositora está en manos de los ciudadanos, a quienes no les importa demasiado quién les gobierne.
A Hans no le extraña que un ministro de un gobierno regional de otro país europeo haya visitado recientemente el suyo para conocer sobre el terreno su sistema político. En este caso, el dirigente es el consejero de Vivienda y de Asuntos Sociales del Gobierno Vasco, Javier Madrazo, que, junto con la directora de Participación Ciudadana, Kontxi Bilbao, ha mantenido varias entrevistas esta semana con líderes locales y con expertos en democracia directa en las ciudades suizas de Aarau, Zurich y Berna, y en la capital de la región italiana de la Toscana, Florencia.
En Aarau, Madrazo y Bilbao se reunieron con el alcalde, Marcel Guignard, y el jefe de la Administración Local, Martin Gossweiler, quienes les mostraron una urna de madera del siglo XIX, prueba palpable de la tradición de la democracia directa en Suiza.
«De, por y para el pueblo»
Después, en el Centro para la Democracia de Aarau, el consejero recordó que la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, «no de, por y para los partidos ni el capital». Y por eso, Madrazo aspira a «democratizar la democracia» vasca tomando a Suiza como modelo. Envidia que allí «no existe límite a la voluntad popular» y que la sociedad civil es por ello «más activa, viva y comprometida». Además, considera que la ciudadanía vasca «reivindica» la democracia directa.
De vuelta en Zurich, la delegación vasca visitó el museo Cabaret Voltaire, dedicado al dadaísmo y activo centro cultural. Allí conocieron, entre otros, al director del Centro para la Vida Independiente de Zurich, Peter Wehrli.
Este activista, en silla de ruedas, lucha por los derechos de las personas discapacitadas en un país donde la accesibilidad es una asignatura pendiente. Su organización ha promovido dos referendums que ha perdido, en parte porque el Gobierno y algunos medios de comunicación hicieron una campaña para poner en duda la discapacidad de todos los demandantes. Aún así, Wehrli está satisfecho con el sistema, por haber podido llevar el tema al debate social y porque él también vota sobre otros asuntos.
Comienzo en la Toscana
La siguiente etapa del viaje llevó a la delegación a Florencia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por ser cuna y ciudad-museo del arte renacentista. El Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales se acercó hasta la capital de la Toscana no por su belleza, sino porque esta región italiana está dando sus primeros pasos en la democracia deliberativa, un modelo que comparte con el suizo su voluntad de escuchar a la ciudadanía.
El consejero toscano de Reformas Institucionales y de Relaciones con los Entes Locales, Agostino Fragai, y la Autoridad para la Participación, Rodolfo Lewanski, expusieron a la delegación vasca el potencial de la ley de referendums aprobada en la región en noviembre de 2007. Pero el principal instrumento en el que se basa el sistema toscano es el debate público, que para Lewanski «ahorra tiempo» porque se evitan vetos y recursos posteriores. La Autoridad ha recibido en estos meses 35 solicitudes para abrir debates por parte de gobiernos locales, ciudadanos, escuelas y empresas.
Fragai, Madrazo y Lewanski convinieron en que las fórmulas de democracia participativa pueden ser la respuesta a la pérdida de confianza en la política y a la «pérdida de legitimidad» de la democracia representativa, así como a los grandes retos a los que se enfrenta Occidente, como la crisis económica.
Madrazo es consciente de que no se puede hacer una «traslación mimética» de los modelos suizo y toscano a Euskadi, pero destacó que «sí podemos y debemos aprender mucho» de sus experiencias, con las que el Gobierno Vasco ha acordado colaborar. De hecho, Fragai desea crear una Fundación Europea de la Democracia Deliberativa y que el Ejecutivo al que pertenece Madrazo participe.
El consejero vasco mostró su intención de promover una red de regiones europeas a favor de la participación ciudadana. Si prospera y contribuye a hacer más participativa la democracia europea, tal vez Hans vea con mejores ojos a la Unión Europea desde Suiza, donde los resultados de los referendums se anuncian con la frase: «El soberano ha decidido».

miércoles, 9 de octubre de 2013

"Una de cada cinco personas ha sufrido abusos sexuales en la infancia"

Entrevista publicada por EL DIARIO VASCO en 2009

«Una de cada cinco personas ha sufrido abusos sexuales en la infancia»

Su padre abusó de él y Joan, a través de sus libros, denuncia esta lacra oculta

«Una de cada cinco personas ha sufrido abusos sexuales en la infancia»
Joan Montané, con el libro que presentó en Donostia. /USOZ
Si está en la calle, mire a su alrededor. Una de cada cinco personas que vea sufrió abusos sexuales en la infancia, según el escritor barcelonés Joan Montané. Por lo que él y otros muchos sostienen, los agresores tampoco andan lejos, y muy posiblemente usted los trata a diario. ¿Debe cundir la desconfianza? «El enemigo está en casa», advierte Montané, quien el viernes presentó en Donostia su libro Los niños que un día dejaron de soñar, arropado por la asociación de víctimas guipuzcoana, GASJE.
- Asegura que una de cada cuatro mujeres y uno de cada cinco hombres han sufrido abusos sexuales en su infancia.
- Las estadísticas siempre hay que tomarlas como una referencia para hacernos una idea de la gravedad del abuso. Las más manejadas arrojan que el 20% de la población ha sufrido abusos sexuales antes de los 17 años, desde los más graves hasta tocamientos o exhibicionismo.
- ¿Cómo se calcula?
- No soy un gran fan de las estadísticas en este sentido. Te llevan a preguntarte quién responde a estas cuestiones. Normalmente se toman sitios de referencia que a lo mejor no son del todo parciales. El catedrático de Salamanca Félix López fue quien hizo los únicos estudios oficiales en España hasta la fecha. Concluyó que el 15% de los hombres y el 23% de las mujeres han sufrido abusos sexuales en su infancia. La estadística se hizo en universidades y en toda España a nivel representativo. Es el único estudio fiable y bien elaborado realizado en el Estado.
- ¿Quiénes son los autores? Estas cifras nos llevan a preguntarnos si debemos desconfiar de nuestros allegados.
- De pequeños, nos advierten contra los desconocidos, pero no sobre los conocidos. Gracias al foro que administro, que usan miles de víctimas, hice mis propias estadísticas. Pregunté por los autores y participaron doscientas personas. Entre el 60 y el 70% de sus abusadores habían sido familiares; los conocidos, personas del entorno además de la propia familia, representaban más del 90%; sólo el 4 o el 5% de los agresores habían sido personas absolutamente ajenas, extrañas a ellos. El enemigo está en casa, más que fuera.
- Su padre abusó de usted durante años. ¿A qué edad comenzó su pesadilla?
- Es una pregunta difícil de contestar cuando el abuso ha sido intrafamiliar. Si hablamos de abusos externos que pueden suponer un shock, un antes y un después en el niño, es más fácil precisar. En los familiares, el agresor normalmente ya tiene una estrategia y lo presenta como un juego a un niño pequeño que no sabe qué es un abuso sexual. Para cuando tienes una edad en la que te das cuenta de que no es normal, ya estás atrapado en esta situación. Yo tengo recuerdos de haberlos sufrido a los seis o siete años, pero es muy probable que empezaran antes.
- Su anterior libro se llama Cuando estuvimos muertos. ¿Esa frase describió su vida?
- Sí, porque es una época en la que una parte de ti está muerta. Cuando lo verbalizas y te enfrentas a ello, te das cuenta de que antes estabas muerto.
- No fue consciente de los abusos sufridos hasta 2001, con 38 años. ¿Cómo llegó a esa consciencia?
- Algunos no lo recuerdan, pero yo nunca lo olvidé, porque fueron continuados y hasta una edad avanzada. Por más que la mente se esfuerce en olvidar los hechos traumáticos, en mi caso no era posible. Lo recordaba, pero nunca pensaba en ello. Es algo que escondes en algún rincón de tu memoria, como en la papelera del ordenador. Sigue ahí y te sigue afectando, hasta que un día salió.
- ¿Cómo salió?
- De una manera imprevista, sin planearlo y sin ser consciente del significado que tenía lo que decía. Se lo conté a mi mujer cuando atravesábamos una crisis, debida a que los abusos me habían generado muchas secuelas y problemas. La relación estaba a punto de romperse. Un día, en una situación límite, se lo conté porque no veía otra salida. Ella sí que se hizo cargo del problema y entendió su gravedad, a mí me costó mucho más tiempo. Yo tenía una disociación tal que no había asumido que toda mi vida había estado condicionada por lo que sufrí en mi infancia. Fue un proceso de meses, en el que me ayudaron un psicólogo y, sobre todo, una asociación similar a la guipuzcoana GASJE.
- ¿Este trauma sólo se supera con el recuerdo?
- Se empieza a superar con el hecho de verbalizarlo, contarlo, sacarlo fuera, a cuanta más gente, mejor, y si te enfrentas al agresor, todavía mejor. Es el camino.
- ¿Se enfrentó a su padre?
- En cierta manera, sí. Fue mi mujer quien lo sacó a la luz en mi familia y a todos, y a partir de ahí no me quedó más remedio que enfrentarme a ello. Con mi padre, nos dijimos cuatro cosas y cortamos la relación y nunca volví a tenerla. Hace poco, murió.
- De pequeño, ¿dejó usted de soñar, como los niños de su libro?
- El primer libro era más vivencial, más testimonial y personal. Éste es una recopilación de toda la experiencia que he tenido, es más reflexivo, y está muy centrado en las secuelas. Te roban una parte muy importante de ti. Te quitan que puedas descubrir la sexualidad, que descubras muchas cosas, y también sueños.
- ¿Se puede reconocer a estos niños?
- Sí hay indicadores que pueden levantar sospechas. Las asociaciones tratan de formar a los profesionales en contacto con niños, como profesores y pediatras, para que se fijen en ellos. Estas pistas son, entre otros, los retrocesos evolutivos, como volver a orinarse en la cama o un bajón en las notas; conductas muy sexualizadas, impropias de la edad del menor; un niño que esté abusando de otro es un indicativo clarísimo; y los trastornos alimenticios.
- ¿Cuáles son las principales secuelas psicológicas?
- Baja autoestima, sentimiento de culpa (frases como 'yo podría haber hecho algo para que no ocurriera'). Las adicciones son comunes: alcohol o drogas, la comida, el juego. La anorexia, la bulimia y las autolesiones son frecuentes.
- ¿Se rompen familias?
-- Es el gran temor de quienes no hablan, pero contarlo es la única manera de superarlo, y en cuanto a las consecuencias, que cada cual asuma las suyas.

jueves, 3 de octubre de 2013

Esperanza para África

Publicado por EL DIARIO VASCO el 1 de diciembre de 2008.

 

DIA MUNDIAL CONTRA EL SIDA

Donde el sida significa muerte
La Fundación se ha implicado en proyectos para bloquear la transmisión del VIH de madres a hijos.
El sida es una pandemia global, pero es en África donde ha adquirido un carácter apocalíptico. Todas las cifras son aproximaciones, no hay estadísticas continentales ni estatales fiables. Para hacernos una idea del drama, en el suburbio de Kibera, dentro de la capital de Kenia, Nairobi, se calcula que la mitad de su millón de vecinos está infectado.
José Luis de Barrueta nunca estuvo en África y, sin embargo, este donostiarra, fallecido en 2004 a los 91 años, legó parte de su nada desdeñable patrimonio a combatir el sida en ese continente. Médico de formación, nunca ejerció y se dedicó a administrar la fortuna familiar. Su albacea, el notario honorario José María Segura, elogia cómo supo multiplicarla.
Gracias a esa habilidad, la Fundación Barrueta, que Segura preside, dispone de más de seis millones y medio de euros de los once que el filántropo legó para combatir la pandemia en el continente más castigado. El vicepresidente de la fundación es Pedro Arrambide, activo misionero hondarribiarra. Patxi Izulain, como secretario, y Koldo Muro completan el patronato. El coordinador sobre el terreno de todos los proyectos es el economista canadiense Claude De La Chevrotiere.
Arrambide seleccionó una serie de proyectos que el resto del patronato fue a conocer, primero a Eritrea y Etiopía en 2006, y el año pasado a Kenia. Segura anima a hacer «el camino de África» como se hace el de Santiago, porque el continente es «un vuelco del corazón». El notario jubilado recuerda a los niños depauperados de Halhal, en Eritrea. «Había un proyecto de alimentación. Acudieron las mujeres con sus hijos, pero se los llevaron al descubrir que no había comida para ellas, porque si las madres morían, qué iba a ser de los pequeños», lamenta.
También hay motivos para sonreír. Segura y Arrambide recuerdan emocionados la alegría «inenarrable» de un grupo de cien mujeres seropositivas en el barrio de Kasarani, en Nairobi, el año pasado. Les acababan de comunicar que les iban a dar leche en polvo para que alimentaran a sus bebés sin contagiarles a través de la lactancia. Muchas de aquellas mujeres estaban embarazadas, y el verano pasado, presentaron a sus bebés, libres de la infección, al misionero hondarribiarra.
Transmisión a los hijos
Precisamente, una de las prioridades de la fundación es evitar la transmisión de madres a hijos. Para ello, hay que informar a la madre, medicarla y evitar que dé de mamar. Segura y Arrambide destacan además lo conseguido en el centro Cotolengo, en el barrio de Karen, también en Nairobi, donde los bebés infectados por sus madres, si reciben una alimentación adecuada antes de los cinco días, eliminan el virus de sus cuerpos. Esta experiencia, financiada por Barrueta, es una de las fuentes de información fundamentales para la investigación contra el sida.
La fundación nunca se ha planteado el reparto de preservativos «ni los han pedido», subraya Arrambide. Segura explica por qué: «No son el tema. África es otro mundo». Primero, los hombres no los iban a usar. Segundo, si el sida se extiende tan rápido es por la prostitución y por las violaciones. En la aldea etíope de Mehalalu, los hombres pidieron una capilla, pero ellas rogaron un molino porque «cada vez» que salían a moler el grano, las violaban «a la ida y a la vuelta». Esas agresiones son habituales en África, donde las mujeres recorren largas distancias incluso para buscar agua.
Los otros tres frentes de Barrueta son los antirretrovirales, el combate contra las enfermedades oportunistas y la alimentación. Arrambide explica que hay mucho dinero para medicamentos contra el VIH en África. Y desvela que «una de las pocas cosas buenas que hizo Bush» fue crear un fondo para este fin de 15.000 millones de dólares, que posteriormente el Congreso de EE UU renovó con 45.000 más. Por ello, «los antirretrovirales salen gratis a muchos pacientes africanos», pero si están mal alimentados, «hacen más mal que bien».
Barrueta prefiere financiar a instituciones religiosas «porque dan garantía de continuidad y el coste de personal es mínimo». Señalan que la Iglesia Católica lleva la cuarta parte de todas las actividades contra el sida. Segura añade además que «los que más y mejor trabajan en África son los religiosos».
El notario y Arrambide dan una larga lista de congregaciones que llevan a cabo una labor impagable en Eritrea, Etiopía y Nairobi, donde muchas personas, antes condenadas a muerte por el virus, sobreviven gracias a ese trabajo abnegado y al testamento de un donostiarra que supo convertir el dinero en vida.

Etiopía

Un país joven, apasionante y agradecido

Etiopía es un país lleno de niños que regalan su sonrisa al visitante. La edad media es de 18 años, la esperanza de vida se sitúa en los 50, cada mujer tiene una media de cinco hijos y el 12% de los pequeños mueren antes de los 5 años. Se calcula que por lo menos tres millones y medio de personas padecen sida, pero quienes conocen la realidad del país sobre el terreno estiman que esa cifra se queda corta.
Esta situación límite conmueve en lo más hondo al visitante, encandilado por la formidable acogida que tributan los etíopes y la belleza de sus paisajes y sus gentes, así como por esa sensación que transmiten los nativos de saber disfrutar y agradecer lo poco que tienen en un país donde, a diferencia de Euskadi, la continuidad de la vida no se da por supuesta.
Un ejemplo de esta actitud es la aldea de Mayafulalu, cerca de Meki. Sus habitantes se sienten ricos porque disponen de una fuente, electricidad y una escuela, además de una iglesia y un molino, edificados con los donativos de un hondarribiarra y un notario donostiarra, respectivamente, que no quieren ser conocidos por ello. Selam, embarazada de ocho meses, considera que vive «mejor que la reina de Inglaterra» porque ya no tiene que andar 14 kilómetros para traer agua o para moler el grano.
Lejos de la imagen de miseria y hambre que asociamos con Etiopía, el país africano constituye un destino turístico singular, con sus monumentos, sus parques naturales y, sobre todo, su gente.